Imagen y éxito personal

Vivimos sin duda en el siglo de la imagen. Sin embargo, algunos consideran las buenas maneras prescindibles y arcaicas, y la imagen en general como algo poco auténtico. Esa idea que los demás tienen de ti, si es positiva, tiene poder, influye en ellos y también en ti mismo; si es mala, te puede perjudicar, o por lo menos restarte oportunidades. El prestigio personal y de todo lo que te rodea es fundamental para conseguir éxito, ya sea en el mundo laboral, social o personal.

La percepción que los demás tienen de ti no se limita a la belleza o al modo de vestir. Tener cualidades personales y reflejarlas a través de la actitud, del lenguaje verbal y del no verbal suma muchos puntos.

Una buena imagen con fines altruistas tiene efecto de ida y vuelta, te beneficia porque beneficias. Resultar agradable es un placer que debería ser redescubierto, ya que, para que la sociedad funcione, las personas se tienen que sentir a gusto entre ellas.

Nací en Madrid. El mundo de la imagen me ha atraído desde siempre; mis dos abuelas fueron para mí un referente de buen gusto, una, sobre todo, por su elegancia y su porte y la otra, por su exquisitez y saber estar. Mi madre hacía vestidos de novia en su taller instalado en nuestra casa, y mientras ella cosía, yo me iba sumergiendo en el mundo maravilloso de las revistas de moda, las telas, las pruebas, los detalles... me iba formando el gusto e iba aprendiendo las bases de la costura.

Estudié diseño de moda en IADE (Madrid) y he trabajado como estilista de televisión y de publicidad; he creado mis propias colecciones y he colaborado con artículos y producciones de moda en distintos medios. Durante algún tiempo viví en Oriente Medio; una experiencia privilegiada donde pude observar y asimilar todo lo que tienen de bueno para la convivencia social las diferentes culturas y personas de otras nacionalidades.

Nunca he dejado de diseñar ni de coser, actualmente lo compagino con mi trabajo como autora y conferenciante.